Un paso, dos pasos, tres pasos y ¡zas! se crea el abrazo. Se abren los brazos, desaparece la distancia y se comparte el calor. Una respiración que se une a la otra, dos corazones que se acompansan, un millon de sentimientos que se entremezclan.
Y tus manos acariciando mi espalda y mis manos aferrándose a la tuya. Y empieza suave pero se hace fuerte porque los segundos se funden y se espera el final. Y tu cuello está cerca y podría dejarme llevar pero a cambio de eso inspiro fuerte y te respiro para meterte dentro de mi y prolongarte cuando no te tenga entre mis brazos. Y se dice tanto sin decir nada que cuando me vuelvo a encontrar con tus ojos sé que algo ha cambiado. Se ha roto alguna barrera y se han creado finos lazos como los de una araña juguetona que se deja caer sin dejar de tejer para tener un camino de vuelta.
Y al separarme de ti no siento la ausencia, para mi sorpresa un vacio se ha llenado y te noto en mi piel como compañero de baile de un tango que resuena en mi cabeza.
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